En Santa Catalina, a 3.770 msnm a 67 kilómetros al oeste de La Quiaca por la ruta nacional 40, hoy, sus angostas y empedradas calles prácticamente se encuentran solitarias por el aislamiento social estricto en el contexto de la pandemia por el Coronavirus.
Desde la fría mañana hasta el mediodía, muy escasos vecinos salieron afuera de sus casas por uno u otro motivo; dos o tres jóvenes en la plaza central para conectarse al WiFi gratuito de Jujuy Energía Viva.
Vehículos no llegan al pueblo, tampoco se permite el acceso de personas, excepto bajo condiciones que acrediten su ingreso obligatorio, menos aún después de confirmado un primer caso positivo en el pueblo por parte del COE provincial y el incremento de contagios en La Quiaca.
Al margen de la situación epidemiológica, un domingo en el pequeño pobladito puneño es sumamente placentero.