Pascua en tiempos de pandemia

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Por Prof Santiago Reque – Coordinador Pastoral Colegio Santa Bárbara

 

Antes de la victoria pascual de Cristo, el hombre vivía condenado a la oscuridad del pecado y de la muerte, dos enemigos imbatibles que nos eclipsaban la luz de Dios.
Como María Magdalena, “cuando todavía estaba oscuro” hemos venido a visitar el sepulcro del Señor. Si en pocas semanas un virus sembró el mundo de sepulcros, todavía con los ojos nublados por las lágrimas hemos venido a buscar el cuerpo del Señor que nos ha salido al encuentro como el Señor Resucitado.

Durante este Triduo Pascual que hemos vivido de un modo extraño, pero intenso, hemos podido experimentar el dolor y el escándalo de la cruz abriéndonos a la solidaridad con todos los que sufren, y en esta mañana ensanchamos el corazón lleno de gozo y damos gracias al Padre que nos ha salvado del sin sentido y de la muerte.

Vivir las situaciones dolorosas desde la luz es vivirlas desde la esperanza. Ha dicho el Papa Francisco: “La Pascua nos dice que Dios puede transformar todo en bien. Que con Él realmente podemos confiar en que todo irá bien”, La Pascua, que es luz, nos ha mostrado que el amor de Dios es más fuerte que el mal y que la mismísima muerte.

El Covid-19 marcó un antes y un después. Un antes, un mundo egoísta, individualista, llevado por el afán de consumo y por ideologías contrarias a la dignidad del hombre. Un después es un mundo en donde aprendamos a darle a la vida, a la familia, a los ancianos, a nuestras tradiciones, a la fe, el amor y la atención que merecen.

Queremos vivir y celebrar el Misterio central de nuestra fe, la pasión/muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.

Pongámonos bajo el amparo de María, Madre del pueblo, esperanza nuestra, la vida de cada uno de nosotros y de nuestras familias, según las circunstancias que estamos viviendo. Junto con ella gozaremos de la resurrección, porque para el Señor nada es imposible, ni siquiera infundir, de manera misteriosa, el gozo de la resurrección dentro de nuestros corazones.

Celebremos con alegría, nuestra fiesta, nuestra Pascua en la que Cristo ha destruido la muerte y el pecado.

En la Noche de la Creación: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra era caos y oscuridad por encima del abismo, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas. Dijo Dios: «Que exista la luz», y la luz existió” (Gn 1,1-3).

¡Cristo es la Luz y ha resucitado! ¡Verdaderamente ha resucitado!